sábado, 4 de diciembre de 2010

Una avioneta…



Una avioneta
araña el cielo azul
y sangra espuma.

Nuestra sonrisa
vuela ella sola
del pecho a la boca
dejando una estela infinita
que les hermana en un pacto
de sangre,

y es
entonces
cuando tu voz
hace cosquillas
al silencio
y la carcajada
no lo rompe.



© David Luis.

domingo, 14 de noviembre de 2010

De un salto a las estrellas (Requiem). Versión acústica.



SIN TI (REQUIEM)

Tú que me enseñaste a oír
libélulas volar
y el bosque en una flor.
Con tu generosidad
los ojos de aviador
igual que un ventanal.

Hoy algunos me dirán:
“¿te has enterado ya?”,
de tema cambiarán.
Otros hoy te prenderán
del pecho cual farol,
guirnalda de color.

Hoy te has ido, sólo está
el eco de tu voz,
estrella antigua, viejo sol.
Hoy se puso a desteñir
la luna, ya es marfil
y estamos hoy sin ti.

¿Quién va a salvarnos
de la tristeza del gris asfalto?
¿Quién va a enseñarme a llegar de un salto
a las estrellas si no eres tú?
¿Quién va a ayudarnos
a ver con algo de amor el mundo
y a levantarme si hoy me hundo?,
¿quién va a lograrlo si no estás tú?

Un maldito ángel guardián
de negro vestirá,
ya no te asistirá,
de los brazos te asirá,
de incógnito al final
contigo marchará.

Hoy te has ido, sólo está
el eco de tu voz,
estrella antigua, viejo sol.
Hoy se puso a desteñir
la luna, ya es marfil
y estamos hoy sin ti.

¿Quién va a salvarnos
de la tristeza del gris asfalto?
¿Quién va a enseñarme a llegar de un salto
a las estrellas si no eres tú?
¿Quién va a ayudarnos
a ver con algo de amor el mundo
y a levantarme si hoy me hundo?,
¿quién va a lograrlo si no estás tú?

Y cantaban grillos mágicos
y el sol del final de la tarde
alumbraba mi interior.
Volaban tristes pájaros
y yo tenía un avispero
dentro de mí.

Y los amigos hoy al mirarnos
nos lo decíamos y dentro el llanto
como los ríos, mares y charcos.
Era catártico, trágico y mágico.

¿Quién va a salvarnos
de la tristeza del gris asfalto?
¿Quién va a enseñarme a llegar de un salto
a las estrellas si no eres tú?
¿Quién va a ayudarnos
a ver con algo de amor el mundo
y a levantarme si hoy me hundo?,
¿quién va a lograrlo si no estás tú?

© Letra y música: David Luis.
Arreglos: David Luis y José Manuel Baldó.
David Luis: voz y guitarra.
José Manuel Baldó: guitarra acústica.
(Grabada en noviembre de 2010).
Foto: David Luis.

sábado, 30 de octubre de 2010

Miguel Hernández. Canción última.




 
CANCIÓN  ÚLTIMA

Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.

Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.

Letra: Miguel Hernández.
Música: David Luis.


miércoles, 20 de octubre de 2010

Reivindico el espacio de dolor…

Reivindico el espacio de dolor
que necesita mi grito,
quiero sueños
gigantes y lejanos como astros,
amarte la vida
a besos desde a muerte,
poder oír
cómo lloran los ordenadores
y late un corazón pequeño
en la ciudad de plomo y vidrios;

no paraísos artificiales,
no más que los que riega
el sudor de mi frente,
que soy cálida
voz de luna fría
y crezco en la noche
con tu abrazo sincero.

© Texto: David Luis.

sábado, 7 de agosto de 2010

El día que salgan de la tierra flores.


      He hecho esta canción para el documental País de nubes, realizado por Carlos Beltrán. Este documental narra un día en la vida de Yerson Fabián, un niño colombiano que vuelve a nacer después de sobrevivir a una mina antipersonal, regalando a los demás una sonrisa. El día que salgan de la tierra flores es una canción de vida y esperanza, dedicada a Yerson y a otros niños y niñas como él.


EL DÍA QUE SALGAN DE LA TIERRA FLORES

Me cuentas hoy madre
“que el sol y la luna
a la negra tierra
no quieren bajar,
pues temen que ella
con lengua de llama,
garganta de infierno
les pueda tragar”.

Pero me he enterado
que no es cierto, padre,
que soy como un árbol
capaz de alcanzar
con sus tiernas ramas
a los mismos astros;
ellos me han contado
toda la verdad:

si ves en el cielo
la luna menguante
no creas que falta
un pedazo, mamá;
está sonriendo
con dientes brillantes
soñando otro día
que el sol nos traerá:

el día que salgan
de la tierra flores
(solamente flores)
que al sol treparán,
de las de raíces,
colores y olores;
no de las que mueren
después de llorar.

Esto me contaron
el sol y la luna,
y hoy os lo cuento,
mamá y papá:
la luna sonríe
y el sol ilumina
a su hija la tierra
que quieren amar.

Yo soy esa flor
que será un día árbol,
alzando sus ramas
para contemplar
a mi madre luna
con linda sonrisa
y a mi padre sol
con sus rayos de paz.



© Letra y música: David Luis.
Arreglos: David Luis y José Manuel Baldó.
David Luis: voz, guitarra, piano, percusión y programaciones.
José Manuel Baldó: guitarra acústica.
Grabada en julio de 2010. Foto: David Luis.


País de nubes, próximamente:

jueves, 27 de mayo de 2010

Las piezas de mi mecano. Prólogo.

“…la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa”.
                Antonio Machado. 
"Uno de mis juguetes favoritos era un mecano. A medida que iba creciendo, fui adquiriendo varias series más, hasta que cuando llegué a los quince años las tenía todas, desde la más sencilla hasta la más complicada". Dalai Lama. (Cita que aparece en el álbum de mecano Aidalai, que me regaló mi hermano Antonio Juan por mi 14 o 15 cumpleaños).
       Esta sección del blog que empiezo hoy se titula Las piezas de mi mecano, parafraseando una de mis canciones, en la que me refiero al grupo musical al que debo, en mayor medida, mi primer deseo de ser músico. También utilizo la metáfora de las piezas del juguete de construcción porque, en cada capítulo de la serie,  mostraré alguna de esas piezas (ya sean viejas maquetas, documentos, fotografías,...)
       Por un lado, iré realizando esta labor por la necesidad que todos tenemos de mirar de vez en cuando el propio pasado mientras vivimos comprender el presente y caminar hacia el fururo; por otro lado espero compartir  las piezas del juguete con quien quiera jugar conmigo.
        Y como de un juego se trata, aviso de que no habrá un orden cronológico, ni más rigor que el del capricho, el disfrute o la pasión (o, por qué no, la nostalgia).