martes, 9 de abril de 2013

Así lo haremos, José Luis Sampedro; así que mientras tanto, descansa en paz.



      José Luis Sampedro, a los 96 años y tan joven, se ha marchado. Justo hoy, antes de saberlo, leía su prólogo en ¡Ingidnaos!, de Stéphane Hessel.
    Conocí a Sampedro hace años, cuando vino a Alicante a dar una conferencia al instituto de secundaria en el que yo estudiaba. Ese día dio dos consejos a los jóvenes que aspirasen a escribir, dos consejos que a mí me han acompañado a la hora de hacer canciones. Uno de ellos era dejar de hacerlo: si después de ello seguías sintiendo la necesidad de volver a escribir, debías continuar; nunca he dejado de hacer canciones de manera consciente, pero cuando la música ha estado menos presente en mi vida, he tenido que volver a ella. El otro consejo era el de no imitar a nadie: Sampedro venía a decir que, aunque al final fueras más o menos original, tu punto de partida sí debía serlo.
    Después de aquella conferencia busqué sus libros. Comencé por La sonrisa etrusca y por la recopilación de relatos Mientras la tierra gira. Entonces no podía saber que, además de mi vinculación emocional al personaje y su obra, Sampedro sería para mí un referente humano y político que nos alienta, parafraseando a Raimon, a decir no: “Digamos NO. Negaos. Actuad. Para empezar, ¡INDIGNAOS!”. Así lo haremos, José Luis; así que mientras tanto, descansa en paz.
David Luis.